También durante las vacaciones en el Encuentro A Cañiza Natura, durante las caminatas conscientes, te será fácil ver manadas de caballos “ponis gallegos” paciendo en los montes de la sierra del Paradanta y Suido, también vacas en libertad. Bastante más difícil es ver a los lobos y corzos que cohabitan con ellos.
La relación entre el poni gallego y el lobo es ancestral, y donde ambos cohabitan, se mantiene una estrecha relación presa-depredador. No obstante, los ponis no constituyen una presa fácil
Mueren más y viven menos, lo cual no es contradictorio. En Galicia, la expectativa de vida de un lobo es de 16 meses. El hombre sigue fustigándole con cepos, venenos y batidas. Hambrientos, flacos, alopécicos han perdido la costumbre de vivir.
En Galicia los lobos son silenciosos y es rarísimo oírlos aullar. Les va la vida en ello. Lo normal es que el lobo se escape y no dé la oportunidad de acercarse mucho. Algunas veces, las más al anochecer, me ha sucedido de ver un lobo que se ha escondido entre el matorral; sabía que él estaba ahí agazapado, pero yo no lo veía; me ponía a dar vueltas intentando localizarlo, pero el seguía allí agazapado; tenía miedo de pisarlo y me marchaba. Alguna vez lo he llegado a descubrir y, al saberse observado, se ha escapado corriendo?.
Además, de acuerdo con este estudio, publicado por la revista “Conservation Letters”, y para desagradable asombro de la mayoría de los lectores de VdC, los caballos suponen el principal alimento del lobo, facilitando de esta manera su conservación y reduciendo sus ataques a otro tipo de ganado.
«El servicio más importante que prestan los caballos de monte es de índole socioeconómica. Los caballos actúan como atenuadores de las pérdidas de los ganaderos y parecen ser un factor esencial que permite la coexistencia del lobo con una intensa actividad agropecuaria», indica el investigador.